En el siglo XX una pléyade de plásticos descubre al ecuatoriano y coloca al Ecuador en el atlas del arte mundial. En esta aristocracia de pincel y cincel de dimensión planetaria, Oswaldo Viteri será quien haga el aporte más sabio, más culto e informado: arquitecto, académico, estudioso de la antropología, investigador del folclore, cultor del zen. Con su muerte esta etapa brillante de la plástica ecuatoriana ha concluido.
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