El acto atroz de matar a una persona y luego descuartizar su cadáver es esencialmente una exhibición de poder. Es una manera de proclamar, para escarmiento de todo el mundo, que el autor del crimen no tiene límites morales, “puedo hacerlo y lo haré”. Esto era así en no pocos Estados abusivos, que desmembraban a quienes se oponían a su orden. No hay diferencia ética entre estos y los criminales que han impuesto últimamente la moda del descuartizamiento.
Dar clic en la imagen para leer completoImagen: Sacerdote en el proceso de efectuar un sacrificio humano,relieve en piedra en Pirámide de los Nichos en las ruinas de El Tajín, MéxicoTambién puede interesar De caníbales a guerrileros: https://alfonsoreece.com/2020/11/23/de-canibales-a-guerrilleros/
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