El mundo de Botero en su rolliza candidez se ve plácido y satisfecho, a eso justamente debe atribuirse el formidable éxito comercial de su obra, son series apacibles y sosegadas, con las que se puede convivir en cualquier ambiente, pues no ofenden ni cuestionan, en ellas parece que nunca sucede nada grave. El pintor ha muerto, dejemos hablar a su obra.

Imagen: Mujer con espejo, escultura de Fernando 
Botero, fotografía de Carlos Teixedor Cadenas 
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