El lenguaje, la suprema herramienta humana, es un poderoso instrumento de poder. En la conformación de las naciones y en el establecimiento de los estados es un elemento esencial. El cuidado del idioma es indispensable para el mantenimiento de las instituciones y para que cada individuo o colectivo pueda cumplir su rol en la vida pública. Por eso, quienes intentan descalabrar a una sociedad buscan siempre alterar la lengua para cumplir su propósito. De allí la necesidad de que haya entidades dedicadas a la preservación de este indispensable sistema.

Imagen: Discurso fúnebre de Pericles,
pintura de Philipp von Foltz (Bingen am 
Rhein, 1805– Múnich, 1877)


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