Pasamos de la preocupación por la sobrepoblación del mundo, al pánico por el colapso del crecimiento de la población. Antes preguntábamos, ¿cuándo exactamente habrá demasiada gente? ¿Basados en qué parámetros de consumo podemos decir eso? Ahora está de moda creer que en pocas décadas “va a faltar gente”, lo que impone la pregunta “¿gente para qué?” La respuesta en este caso es fácil “para pagar impuestos que ayuden a pagar las deudas de dimensiones galácticas que tienen todos los Estados”. En uno y otro caso lo que hay es un abusiva intromisión política en la conducta reproductiva de las personas, campo que debe mantenerse en el estricto fuero individual.
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Imagen: El vino de la fiesta de San Martín (detalle), temple de cola sobre sarga, de Pieter Bruegel el Viejo (¿Bruegel, Países Bajos?, c. 1525 - Bruselas, 1569).

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