Piques y derrapes

Faetón

Vivimos en una sociedad donde el fetichismo del vehículo es la más apasionada devoción y quizá la única creencia. Así es en todo el mundo, pero en el Ecuador el nuevo culto se impone de manera incontrastable. La precariedad de nuestros transportes colectivos lo hace insustituible, en millones de hogares se le dedican capillas denominadas garajes, en donde se adora una o varias encarnaciones del gran dios. La religión se desvanece, los valores cívicos extinguen y la ética pública jamás ha sido inaugurada. Por eso se inventa un ritual en el cual una imagen del dios automóvil, valuada en cientos de miles de dólares, puede ser sacrificada en una orgía de velocidad y adrenalina

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Imagen: Faetón cae del carro del sol, óleo
sobre lienzo de Peter Paul Rubens (Siegen, 
1577– Antwerpen, 1640)