Es chocante que coachs, curas y pastores se hayan convertido en lobos de las ovejas que se les confiaron, pero advierto en quienes magnifican esos abusos, más un intento de desprestigiar a las instituciones a las que pertenecen los autores, que de condolerse de las víctimas.
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Imagen: Caperucita Roja y el lobo, grabado de Walter Crane
(1845–1915)
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