Una candidatura con una propuesta clara, estructurada y distinta no es chimbadora. Lo son aquellas que precisamente por no tener diferencias, «jalan de la chimba» a su coideario y se alimentan de ambiciones personales. También lo son aquellos que sin posibilidad de triunfo, alquilan un partido o consiguen firmas para inscribirse por el puro afán de satisfacer su vanidad con un momento estelar.
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Imagen: Simbad y el Viejo del Mar. Ilustración sin
firma en la edición de Edimat de Las mil y una noches
(1998)
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