Mentira en Semana Santa

Lavabo

La moral del político es “biológica”, sus acciones deben estar orientadas a la supervivencia y eficacia políticas como prioridad. Interesa la utilidad del acto para posibilitar el control del poder. Esto es una manifestación del discutible principio de que “el fin justifica los medios”, aunque se dice que en política no hay que mentir jamás porque, descubierta la mentira, la confianza del soberano (el monarca o el pueblo) se pierde y no se puede reparar.

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Imagen: Poncio Pilato se lava las manos, óleo 
sobre lámina de cobre de Luca Giordano (1654-17059)